Un poco de Colombia VIDEO Etapa 32
Pedaleamos muy poco en Colombia. Simplemente nuestro objetivo era cruzar la costa norte del país hasta Cartagena de Índias y averiguar como llegar a Panamá. Durante nuestra pedaleada llegamos a Santa Marta, donde AnaMaria nos alojó con muchísimo amor y nos salió, de imprevisto y sin buscarlo, la oportunidad de subirnos a un velero y navegar hasta Panamá. No nos lo podíamos creer, que alegría! Habíamos contemplado esa opción (autoestop marino) pero nunca pensamos realmente que era una opción viable.
Tuvo su precio, nos quedamos en Santa Marta mas de un mes, aprendiendo a navegar, poniendo a punto el velero y esperando a la mujer del capitán. Gracias a AnaMaria no fue tan tedioso y aprovechamos para pasarlo bomba, salir de fiesta, descansar y comer rico.
El día llegó, y salimos a alta mar con muchas ganas e ilusión pero con dudas pues la llegada de la mujer del capitán modificó la actitud de éste... No tardamos en ver la mala relación entre ellos y como nosotros estábamos en el medio... En alta mar a la mínima situación de estrés o de decisión todo eran gritos. Además el mar estaba muy movido, con mucho viento y eso no ayudó.
Cuando cruzábamos la ciudad de Barranquilla en plena noche, el tráfico marino aumentó haciendo la situación estresante y peligrosa. Ellos seguían en la suya, a gritos y sin trabajar en equipo. La noche fue pasando, y el cielo estrellado que tuvimos fue maravilloso. Al amanecer nos vino a visitar un delfín curioso y seguimos navegando hasta que el viento se acabó, eran las 12 de la mañana. Era momento de encender el motor, ni diez minutos duró que se calentó... tuvimos que parar. Afortunadamente la ciudad de Cartagena de Índias se veía al fondo. Como pudimos nos dirigimos directos hacia ella, no tras discusiones y mas gritos...
Finalmente tuvimos la fortuna de ser remolcados por un hermoso catamaran que nos llevó a una zona de ancoraje. Al día siguiente contactamos con una marina y nos vinieron a remolcar. La situación de atraque del velero en la marina fue la gota que colmó el vaso, el capitán empujó a Maria y todo se acabó.
Nos bajamos cabreados, decepcionados, tristes pero con las ideas muy claras, al velero no volvíamos. Al día siguiente fuimos a buscar nuestras bicicletas, nuestros pasaportes y nunca mas los volvimos a ver.
Gracias a Luz pudimos alejarnos de la zona y preparar nuestra llegada a Panamá, esta vez por aire.
De todo se aprende, a veces las cosas salen bien, otras veces mal, hay que seguir buscando el camino y aprender de lo vivido. Os dejo nuestro paso por Colombia en el video!
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