La vida da muchas vueltas, y este viaje nos juntó con muchísima gente especial. En esta ocasión coincidimos con una familia brasilera que María había conocido en el pasado. La historia empezó así...
Nuestra entrada a Brasil fue galáctica. Llegamos con buen clima y desde el primer día ya sentimos la hospitalidad brasilera. Dormimos en gasolineras e iglesias y nos hicieron el camino más fácil, ya que sufrimos muchísimo con el desnivel de la sierra.