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Mostrando entradas de abril, 2022

San Juan VIDEO Etapa 13

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Nuestro paso por San Juan fue trágico, sobretodo al inicio... María lo explica mucho mejor en sus posts, así que os animo a que los leáis y así entréis en sintonía para ver el video y entender como lo vivimos!!

Quién me mando a hacer esto?

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  Hay días en los que quiero patear la bicicleta, prenderla fuego, tirarla por un precipicio, que la pise un camión, entre otras cosas. Ese día estaba siendo uno de ellos, es que el desafío que se nos estaba presentando, al menos para mí, era demasiado. Físicamente hablando era duro porque en pocos kilómetros debíamos ascender más de mil metros, sumado a eso el camino era de ripio, dígase ripio y entiéndase piedras y arena. No sé cuál es peor. Comencemos por el comienzo, estábamos en San Juan, y hacía tiempo habíamos decidido que no pedalearíamos por la famosa ruta 40 porque atravesaba la capital de la provincia y eso significaba mucho tránsito, mucho ruido, mucha gente y mucho de todo eso que no nos gusta. Por eso elegimos esa otra ruta alternativa, la ruta provincial 412. Y allí estábamos, en aquella ruta que en un momento decidió transformarse en piedras y sólo piedras. Salimos bien temprano por la mañana, el objetivo era subir hasta el nivel de mayor altura y bajar en el mismo

Bienvenidos (y no tanto) a San Juan

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  Nos dimos cuenta de que habíamos dejado Mendoza atrás cuando empezó el asfalto… veníamos por la ruta nacional 149 y resulta que los últimos 30 kilómetros en Mendoza son de piedra y polvo, hermoso. Por supuesto se sumó el viento en contra, pero de a poquito fuimos avanzando y llegamos a San Juan, empezó el asfalto otra vez, pero en el horizonte se veía la nada misma, no pasaban autos por esa ruta, el viento estaba fuertísimo y era todo piedra y piedra, algún que otro arbustito castigado por las inclemencias del clima y poco más. Se suponía que comenzaba la bajada, porque veníamos subiendo hacia dos días, pero con tanto viento en contra había que pedalear igual, avanzamos a duras penas 3 kilómetros, la tarde se nos escapaba de los dedos y el sol se escondía en las montañas muy rápidamente, estábamos cansadísimos por el esfuerzo en el ripio y la ruta no parecía ofrecernos ningún refugio o reparo del viento infernal. Hasta que lo vimos, a la izquierda del camino, en lo alto, un container